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Soledad en vano: Cuando perdiste la paciencia

Las emociones no se controlan, se perciben, se nominan, se expresan, se regulan, se modulan. Pero no se controlan. El control es una ilusión que arrastra una profunda sensación de ineficiencia que invita a la mesa a la ansiedad.

Álvaro Pallamares
Soledad

Cómo liderar con momentos de soledad después del enfado – cuando estás vulnerable y con vergüenza y nadie te entiende.

¿Te ha pasado que, estás totalmente sol@ con tu sentir y nadie puede comprender porque A o B cosa te molesta tanto? ¿Estás muy triste o enfadad@ por algo y el resto te dice que no es para tanto o incluso que debes aprender a controlarte ya?

Me pasa de vez en cuando y luego pienso dos cosas:

Primero: ¿Por qué justamente esa cosa, situación, evento me enfada tanto?

Segundo: Pues ya nada, hay cosas que me enfadan y a veces sería bonito que los demás lo reconocen como tal (una reacción humana) y no se asusten tanto de las emociones reales.  

Soledad y vulnerabilidad

Vulnerabilidad

Aunque la pregunta ¿Por qué me enfado? es muy importante, me quedo por hoy con lo segundo. Lo difícil que es cuando ya paso, ya te enojaste, ya estás triste, vulnerable y hasta con vergüenza por como reaccionaste en tal momento: Le gritaste a tu hijo porque no te hizo caso… por milésima vez, estrellaste un plato en el piso, porque sigue ahí sucio en el lavabo y nadie te ayuda con las tareas de la casa, tu jefe te manda más tareas y te sientes abrumad@ por tanto trabajo y caes en llanto y lágrimas frente a todos tus compañeros… son cosas que pasan. Perdiste la paciencia y a buena hora, no te vio nadie, tienes tu brote de fuga emocional y ya paso. Pero cuando sucede en público es más real, no se queda contigo, todos lo ven y muchos aún lo juzgan: “Que mala madre”, “Qué loco”, “histérica” y encima te llevas la culpa y soledad por ser “inadecuad@”. Todos tenemos nuestros botones; estos puntos sensibles que hacen que, un tema nos apasiona más, nos molestamos más y en fin gritamos, lloramos o salimos corriendo. Aunque varía un poco según el temperamento de cada persona, pero sucede que las emociones tienen que salir de alguna forma… solo que este rato el resto se queda como… “qué onda, qué paso aquí, no es para tanto” Y el enfadado, vulnerable y exhausto es el ridículo e inapropiado, quien debe liderar con su sentir en soledad.

Acompañar nuestra soledad es importante

¿Qué haces en este momento?, ¿Dejar que te trague la tierra? Eso tal vez sería lo que más quisieras, pero no es posible. Algunos consejos para aquellos que les cuesta procesar la soledad, cuando “han quedado mal” y al parecer nadie les entiende.

  • Bueno, mi propuesta siempre es, abrir espacio para el otro, pero también se debe abrir espacio para uno mismo. Hay personas que no se sienten culpables o mal cuando les pasa eso, simplemente continúan, porque se dan este espacio. Dicen: “ok, así pasa, soy humano y si para el resto es un problema será su problema.” Date permiso para ser “loc@”.
  • Pensar si realmente heriste los sentimientos de alguien más al haber perdido la paciencia y en tal caso preguntar o pedir disculpas.
  • Buscar el contacto de un buen amig@, hablar por teléfono o reunirte con alguien, de quien sabes que puede ser empático contigo… está persona que te dice “fresco, a veces tienes que soltar la tensión.” Sentir conexión ayuda.
  • Dejar de dar demasiadas vueltas al evento para dar explicaciones y justificaciones del porque y para que tenías que hacerlo. Ya paso y la próxima vez será diferente.
  • Para los más sensibles: Tener claro que, la incomodidad y soledad te va a durar un tiempo, como una neblina que tienes que pasar. Entonces toca andar con la incomodidad sin darle demasiada importancia. 

Por más conexión y acompañamiento

Conexión por comprensión

Y para el resto del mundo ahí afuera… quienes juzgan a los enfadad@s, histéric@s e impacientes. Si bien hay límites, que se pasan en casos de violencia, insulto o agresión verbal hacia otras personas/animales/pertenencias. Quien se enfada con el universo de vez en cuando, tal vez es más san@ que aquellos que se tragan la ira y ansiedad todo el tiempo. Humanicemos las relaciones al ver al otro, aunque un poco bravo, con benevolencia, que tod@s a veces estamos en este momento o tal vez quisiéramos estar ahí, pero no nos permitimos estas fugas. Dejen de tener miedo a las emociones, no podemos ser siempre felices y agradables y quienes nos conocen y aprecian van entender eso. Con quienes no te dan este espacio, tal vez deberías aumentar el distanciamiento social.

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